Hace unos años viajé a la ciudad de Bresla, unos viejos amigos me habían invitado a lo que ellos llamaron unas vacaciones inolvidables. Llegar hasta allí , un lugar siempre al norte de cualquier mapa, fue una experiencia mágica. Ni trenes ni autobuses alcanzan el perimetro de este pequeño pueblo, por lo que al bajarme en la estación de Miesle no tuve más remedio que elegir la bicicleta que me llevaría a mi destino. Elegí una roja con cesta blanca repleta de macetas con flores y libros en ruso para domesticar saltamontes, cada persona que fuese hacía Bresla tenía que hacer su recorrido llevando algún pedido a la única tienda que había en el pueblo. No había señales ni nadie que pudiera darme indicaciones , lo único que me dijeron fue que el camino más corto era aquel que yo trazara con mi imaginación. Y así fue, visualicé un prado repleto de amapolas y al girar la esquina del último edificio de Miesle , el prado apareció con un estrecho sendero que me llevaba directa a mi destino. El aire olía a galletas recién horneadas y unos km más adelante una mujer me hacía señales para que me deteniera y por favor llevara una carta a la oficina postal de Bresla, a cambio me regaló 6 galletas de canela y chocolate envueltas en un pañuelo verde. Apenas 15 minutos de trayecto me separaban de aquella ciudad donde descubriría que todo es posible si abres la puerta adecuada. Mis amigos me esperaban haciendo extraños bailes de bienvenida, así que inicié mis vacaciones riendo a carcajadas. Antes de ir a casa me dijeron que era costumbre llevar a los recién llegados a la única tienda del pueblo, como una forma de decir hola y dejar que todo comience de nuevo. Porque se me olvidaba decirlo, Bresla es el único lugar en el mundo donde encuentras lo que buscas si eres capaz de imaginarlo. Me llevaron en frente de un pequeño local que tenía pinta de llevar cerrado muchísimo tiempo, el polvo acumulado, las letras casi borradas del cartel, el pomo de la puerta a punto de caerse y aún así sabía que aquello era una manera de esconder secretos. La puerta se abrió a mi paso y lo que encontré allí fue justo lo que siempre había estado buscando...
Si quieres entrar, click en las llaves
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7 comentarios:
Los padres suelen complicarlo todo. Nosotros lo vemos todo desde un punto de vista más sencillo, creo yo...
Por cierto, me encanta la tiendecita esa, la del enlace en las llaves *-*
Me encanto ;) besos
y por cierto casi no pude ver las imagenes, por que mi internet es del asco, asi que no he podido comentar más extenso u.u, besos
Que cosas tan cuiriosas puedes encontrar por ahí ¿verdad?
Tu historia me ha dejado muy buen sabor de boca, es tan fresca y veraniega que leyendola, la imaginaba en mi cabeza a la perfección :)
Un abrazo
Yo no podría haber definido mejor a "This is England" que como lo hiciste vos. La violencia como motor de busca, si, la destrucción como forma de creacion dicen en Donnie Darko.
A todos nos transportaste con esta entrada, es hermosa.
OH q bonito!!!
Muchas gracias x pasarte x mi blog y comentar : )
He leído tu historia y parece increíble, que cosas tan graciosas las del pueblecito ese. La tienda me encanta, es de esas que siempre espero que abran cerca de mi casa :)
Por cierto me encanta tu blog!
Saludos!
kerenos !
Oh, Anna, - llevó mas que medio hora, loca perdida en el Curiosity shop. Que chulo. Gracias por decubrirlo! un beso J*
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