domingo, 31 de julio de 2011

Montraux, 18 de diciembre de 1926







illustration by Vicente Reina Montes

Carta 11 

La palabra es un enigma para el hombre, su forma y su significado se ocultan en las raíces de este árbol bajo el que hoy te escribo. Me crecen flores al escuchar el silencio de esta región al sur de Suiza y es que la soledad es el mejor de los espacios, el único en el que no discuto y desde el que me atrevo a alcanzar lo imposible. Mi imaginación habita en lo complejo: en la madeja de lana, en la cadena del reloj de mi abuelo, en los flecos del mantel de lino sobre el que ayer derramé mi copa, si pudieras haber visto el hermoso color rojizo rompiendo la pureza del blanco, sería sencillo entonces que entendieras este primer intento por recuperar la fuerza de los primeros años. Me debato, al igual que todos los creadores, en un inmenso océano de posibilidades, me deleito con los sonidos dejados por otros, por el plano de los zapatos y las migas de pan, por encontrar lo que sorprenda a mis cansados ojos y es que años después de mi décima carta han pasado tantas cosas querido amigo, tantas revisitaciones del mito, tantas distancias propias y ajenas que a uno le avergüenza sentirse a veces derrotado por su propios consejos. Aun así sigo creyendo que la escritura es una necesidad que nace para quedarse y yo la siento, habitando cada órgano, manifestando su hambre por acariciar la naturaleza y sus contornos. Pero tal vez me falta encontrar la posibilidad de rejuvenecer, de saltarme conflictos y guerras. Tengo ganas de no dejarme ver, de esconderme y que nadie me busque para lograr la puerta de entrada a la imaginación y sus infinitas posibilidades. Casi creo verla, detrás de uno de esos muros repletos de hiedra está la entrada que me debo, el camino hacía uno mismo nunca defrauda aunque hay que ser valiente y estar preparado para que las heridas se abran, será entonces querido Klaus cuando podré mirarme desde arriba como quién contempla al fin su mejor poema.

Suyo,

Rainer Maria Rilke


*** Esta carta es un pequeño homenaje a uno de los escritores que me ayudaron a creer en mi necesidad creativa, en mi pasión y ahora gracias al inspirador Vicente Reina Montes he podido  tramar una úndecima carta sobre los últimos días de este magnífico escritor del que os aconsejo leerlo todo, deleitaros en sus palabras como quien guarda en el paladar la posibilidad del viaje hacia el mejor de los mundos: el propio.

El autor de las ilustraciones es sin duda alguien a quién no podré olvidar fácilmente, sus trazos y su fuerza a la hora de componer espacios interiores que necesitan nacer hacia fuera, es de lo mejorcito que he descubierto en estos últimos meses. Sumergiros en él... sin dudarlo!! **

jueves, 14 de julio de 2011

i need all the friends i can get




GRUPÚSCULO 2 (Nader Sharaf) from FUNDACIÓN CARPETANIA on Vimeo.

Quedarse atrapada en una imagen, sentir que cada personaje, cada trazo es una forma de pronunciar una esquina del mundo, sentir que  algo gira y nos atrae, sentir vértigo al mirar ciertos colores y no querer que esa sensación pare nunca. Eso es justo lo que experimenté el día que encontré las ilustraciones de Nader Sharaf. Y desde entonces supe que se había establecido una conexión entre sus dibujos y mis letras. La gente que me conoce sabe que cuando algo me apasiona soy capaz de todo, que aprendo medios para tender puentes y práctico equilibrismos si es necesario para que algo se conozca y se disfrute. Resultan curiosas las redes que pueden hilarse entorno a las personas, tan curioso que el día 19 de julio inauguramos una exposición suya en la librería en la que trabajo. Desde aquí os invito a disfrutar de su obra en directo o de realizar un itinerario virtual, lo importante es detenerse en él hasta quedarse dentro y soñar...con los ojos tan abiertos que el mundo no tenga más remedio que transformarse en algo mejor.

Va a ser un día especial repleto de sorpresas, ya que para la inauguración contamos con la participación del grupo teatral La Caldera que a través de textos de Cristian Alcaraz y míos basados en sus ilustraciones, permitirán al espectador acceder a un plano donde cada movimiento es una historia en la que debe detenerse y observar, porque de este modo descubrirá que una imagen no tiene una única puerta de entrada, sino muchas y todas están allí...esperando nuestra llegada.

domingo, 10 de julio de 2011

Short films




 Tengo la bonita  costumbre de crear carpetas con todo lo que descubro y este corto forma parte de una de ellas, la que dedico a la imagen que otros atrapan , proyectan y comparten. Es un proyecto que fue presentado a Nokia short festival. No fue la ganadora pero es con la que me siento más identificada, porque yo de pequeña jugaba a transformar objetos, me metía dentro y hacía que durante ese trayecto imaginario, una maleta, una caja de zapatos o un armario fueran palabras con múltiples posibilidades. La infancia tiene esa capacidad natural que no debemos perder de vista, nuestra visión es necesaria, todos somos creativos es cuestión de mover las manos, tantear el espacio y dejarse llevar por nuestros sueños.



Esta es mi segunda opción en este menú cinematográfico. Creo que el humor y el amor deben estar estrechamente ligados. Cuando algo me hace sonreír, confío plenamente en el talento del creador, conseguir una sonrisa sincera del espectador no es cosa fácil y este corto lo consigue. Sobra decir que creo que es la persecución con mejores paisajes que he visto nunca...y sin duda me atrevo a decir en voz alta que quiero a ese pescadero en mi vida ¿quién no querría abrazarle después de tanto esfuerzo?


Y como postre el ganador de este certamen...estéticamente perfecto, redondo, una historia que comienza o parte de la premisa de que el amor es una mirada que busca el encuentro, que se fragmenta porque al pensar al otro nuestro camino contiene su viaje, su itinerario, su ciudad...  Nuestra mitad y su mitad es un todo que no deja de crecernos...no olvidar esto nos hace confirmar si hemos llegado al lugar donde quedarse es la única respuesta posible.

domingo, 3 de julio de 2011

Sambanella








illustration by jazmin berakha

La música sonaba justo al volumen adecuado para la danza y ella lo sabía. Llevaba escondida dentro de aquella casa demasiado tiempo, el invierno había sido largo pero no lo suficiente como para terminar de tejer y bordar la ropa que le habían encargado. Por eso andaba vestida a la mitad, perdida dentro de inmensos jerseys de lana y larguísimas bufandas. Su impaciencia le llevaba a aburrirse pronto, a querer hacerlo todo a la vez, los puntos se cruzaban en hermosos festivales de ropa siamesa, tallas y colores se abrazaban en los cestos de mimbre en los que ella colocaba saquitos de sándalo y lavanda para que cuando fuera necesario realizar el envío de las prendas olieran como recién sacadas de un lugar secreto en el que la madera terminaba siempre en copas frondosas y verdes. 

Sin duda era una mujer discreta, apenas hablaba, pero eso si, tarareaba francamente bien canciones sin letra, canciones alegres en las que dan ganas de hacer volteretas y besar a la gente que uno tiene cerca. Es por eso que ahora que el calor  ha regresado ella debe abandonar las agujas y los hilos y vivir desprendida de todo color. Al desnudarse se descubre casi transparente y decide mimetizarse con las flores, los fragmentos de corteza y el olor de la tierra que rodea el pequeño lago de Bretiskaya. Durante estos meses aprenderá las técnicas antiguas de los pájaros y no se olvidará de recolectar sueños dentro de cáscaras de nuez que luego tendrá lo bastante cerca  cuando el frío regrese y haya que ponerse a tejer las historias que una solo es capaz de vivir en la mejor de las estaciones...el verano.


(le vals du petit points)