strangers in the night

collages by Gloria Vilches

Las noches de verano pasan lentas para alguien que odia estar sola en la cama. Al día siguiente todo volverá a ser otoño porque tocan facturas y recortes de presupuesto, toca servir café y tener frío ante tanta indiferencia con etiqueta de traje caro conseguido en las rebajas. La vida de los demás se resume demasiado rápido, por eso prefiero las espirales y las fórmulas largas, los algoritmos y las tarrinas de helado que nunca se acaban. Nunca bebo, pero me encanta fumar despacio los cigarrillos franceses, tal y como lo haría un cantante o un actor de cine mientras espera que vuelvan a llamarle de vuelta al escenario, a los focos y al aplauso. Mi vida nunca se termina, no hay pronto para una mujer como yo que mide las distancias para no alcanzarlas, para dejarlas ir.Por ejemplo, me gusta ir al cine a ver películas japonesas subtítuladas, me inquieta oriente y su particular y minuciosa forma de mirar las cosas más insignificantes, siguen a un gato durante 10 minutos en plano fijo, sirven el té con la lentitud del cine mudo, enfocan y definen los huecos de la protagonista, hacen inventario de silencios, se deleitan mirando el tráfico y de ahí nace la verdadera identidad, la poética de lo que otros no ven. Ciegos al mundo, nuestros desconocidos caen enfermos, se vacunan, presienten la desgracia que ellos mismos generan y aún así su vida es simple, reducida porque corren de casa al trabajo, del trabajo a casa y sólo quieren llegar pero no saben exactamente a dónde ni porqué. Quizás por eso yo sigo aquí , quieta y callada dejando que la oficina se vacíe para así cambiar de estación, dejar que comience a nevar, que sea invierno y que lo único que importa sea sentir frío, tiritar y pensar que las espirales que guardo en mi bolsillo, que he estado dibujando todo el día, son sin duda mi mejor y definitiva primavera.

(something is growing inside my heart)