lunes, 24 de enero de 2011

around us






ilustration by orlagh murphy

Ellos no sabían como pero habían llegado a  aquel pueblo después de atravesar el gran desierto que se extiende en el área norte. Tenían hambre y también muchísimo frío porque su coche se había quedado parado en medio de la mismísima nada y allí  las bajas temperaturas te impiden hasta soñar con una manta. Habían caminado demasiado, incluso habían tropezado y caído porque a oscuras uno no sabe donde terminan su pies y empieza el suelo  y aún así tenían la esperanza de una taza de café  acompañada de una deliciosa tarta de cereza. Pero lo  primero era encontrar un mecánico o una gasolinera, algún sitio donde dar el aviso y luego disfrutar de horas de calma pasando el periódico en una bonita sala de espera. Cualquier cosa menos caminar, harían lo que fuera para poder permanecer quietos y protegidos. Lo que no podían anticipar era las consecuencias que tendrían que pagar por ese deseo. Uno no debe desear algo con demasiada fuerza porque puede cumplirse y no todo es fácil de asimilar. Eso si, el día transcurrió tal y como ellos querían, el mecánico acababa de abrir y no tenía nada que hacer, así que pudieron disfrutar de sendas tazas de café y grandes cantidades de azúcar. Sonrieron y dejaron pasar las horas, estaban a salvo, de hecho se sentían como en casa. Recorrieron el pueblo y hablaron con todo el mundo como si siempre hubieran estado allí. Descansaron todo lo que pudieron en un coqueto bed&breakfast y se dieron una larga ducha juntos. Eran jóvenes y hermosos, se rieron y apuntaron cosas en el cuaderno de viaje que habían comprado antes de salir de su pueblo y pensaron que este era un buen comienzo, que era aventureros y capaces de todo. Por la ventana saludaron al mecánico que por fin había remolcado su coche desde el desierto y a las pocas horas se prepararon para partir. La gente que parecía haberlos cogido cariño los despidió agitando pequeños pañuelos blancos y les dijeron adiós con lágrimas en los ojos. Ellos pusieron la música y disfrutaron de volver a estar en camino. Cantaron viejas canciones de los 70 y se rieron de antiguos chistes. Era tarde al salir y más tarde se hizo cuando un ruido extraño les avisó de que algo no iba del todo bien. El coche se paro en seco, sin grandes ruidos o un poquito de humo. Levantaron el capó e intentaron comprobar que podría haber fallado, pero no hubo forma de hacerlo arrancar. Aquel desierto era grande pero ellos podían andar, habían pasado un día en calma cogiendo fuerzas, se dieron ánimos: seguro que pronto llegarían a un pequeño pueblo. Caminaron muy juntos porque los labios de ella estaban demasiado fríos, guardaron el calor de ambos, ni siquiera hablaban, sólo seguían aquella carretera, deseando con todas sus fuerzas encontrar un lugar en el que descansar . Ya casi amanecía y no demasiado lejos parecía haber un pueblo. Se miraron y ambos pensaron en lo mismo... una taza de café y tal vez una deliciosa tarta de cereza.

(in my dreams there are lonely places)

8 comentarios:

abene dijo...

genial tu blog, preciosas ilustraciones!!saludos

polarité dijo...

:) i like it!

Flaviani. dijo...

No sé porqué, la tercera foto me recuerda a la película de María Antonieta
PD: genialísimo el texto, que genial poder irse a vivir ese tipo de aventuras

Nuria Jean dijo...

Que gran historia, quiero mas ^^
Tus textos, fotografías e incluso comentarios (que por cierto no sabes la ilusion que me hacen porque son preciosas las cosas que me dices) me inspiran y me animan a seguir escribiendo y actualizando mi pequeño blog, gracias :)

un abrazo ojillos verdosos.

ladytacones dijo...

Se puede imaginar un inicio de algo de mejor manera?

Histerias de amor dijo...

por tus historias que ilustran dibujos... te he dejado un premio en mi blog!
Love your work!

Cristina Martín Recasens dijo...

oh! por un instante he vuelto a los paisajes que Spanbauer me lleva a recorrer de vez en cuando, gracias ;)

Aquamarine dijo...

Genial entrada, no importa donde se esta si uno se encuentra con la persona indicada, te dejo un saludo desde muy lejos!